Sin dejar sobras: WWF examina el desperdicio de alimentos después de la cosecha y medidas para evitarlo


World Wildlife Fund (WWF) publicó resultados de mediciones realizadas directamente en las granjas a fin de evaluar el desperdicio después de la cosecha. El informe, “No Food Left Behind” examina cuatro cultivos durante la temporada de cultivo 2017-2018 en un conjunto de granjas en Florida, Nueva Jersey, Idaho y Arizona. Las mediciones tomadas en el estudio indican que el 40 por ciento de la cosecha de tomates, 39 por ciento de los melocotones, 56 por ciento de la lechuga romana y dos por ciento de las papas procesadas, se queda desperdiciada en el campo; a menudo debido al clima, costos de mano de obra o condiciones del mercado. El informe también destaca el potencial de aumentar la disponibilidad de frutas y vegetales en Estados Unidos, a través de un mejor uso de lo que ya se está produciendo.

Estados Unidos es un productor líder de bienes agrícolas, y gran parte de lo que se cultiva en las granjas estadounidenses alimenta a la población de este país. De hecho, entre el 60 y 75 por ciento de los vegetales frescos disponibles en Estados Unidos, se produce a nivel doméstico. Si bien, el sistema actual ofrece de manera eficiente una multitud de productos para comercializar los 365 días del año tanto domésticos como importados, hay lugar para reducir las pérdidas asociadas con la cantidad de recursos invertidos en lograr dicho abastecimiento a lo largo de la cadena de suministro, en particular en sus dos extremos: las granjas y los mercados minoristas.

“Cuando se desperdician alimentos en cualquier punto del trayecto desde la granja hasta el plato, dicha pérdida contribuye al desperdicio de la tierra, agua, y otros recursos utilizados para producir el alimento”, manifestó Pete Pearson, director de desperdicio de alimentos en WWF. “Tenemos una oportunidad increíble para aprender sobre los factores que ocasionan la pérdida de alimentos en la producción y distribución doméstica, e influir en los mercados de importación encontrando mejores prácticas globales que podrían reducir la expansión agrícola en otras partes del mundo”.

Para comenzar a entender como evitar el desperdicio de alimentos, WWF recabó datos de línea base directamente de las granjas en términos de pérdidas después de la cosecha de melocotones frescos y procesados, papas procesadas, tomates frescos y procesados, y lechuga romana. El término “procesado” se aplica a los vegetales transformados mediante métodos tales como extracción de jugo, deshidratación y congelación en lugar de venderse frescos. WWF también apoyó a la Universidad de Santa Clara para medir las pérdidas en más de 10 cultivos especializados en California. Los dos estudios se combinaron para generar datos cuantitativos y cualitativos que describen no solo la cantidad de cada cultivo especializado que queda subutilizado, sino también los factores de pérdida a nivel de granja.

Los agricultores a menudo enfrentan dificultades y pérdidas económicas al decidir si deben producir más de la cantidad indicada en sus contratos con los minoristas, o rescatar los vegetales no comercializables, o permitir que organizaciones externas o recolectores rescaten dichos productos vegetales. Los agricultores también enfrentan condiciones laborales desafiantes, dinámicas de mercado y estrictos estándares de calidad que dificultan cada vez más la identificación de mercados para todos los vegetales producidos en el campo. Todo esto conduce a una pérdida involuntaria de producción vegetal.

Los estadounidenses pueden comenzar a cambiar la dinámica del mercado al comer la ración diaria recomendada de frutas y vegetales, que no siempre necesitan ser frescos. Actualmente, solo uno de cada 10 adultos estadounidenses cumple con el consumo de frutas y vegetales recomendado por el gobierno federal. Para lograr este cambio, se necesita más investigación a fin de comprender a los consumidores: lo que compran, lo que comen y cómo esas preferencias contribuyen a la pérdida de alimentos.

Este informe, el primero de una serie que WWF lanzará, fue financiado por la Fundación Walmart y la Fundación para la Investigación de Alimentos y Agricultura (FFAR). Los resultados del presente informe representan solo una temporada y una región específica incluidas en el estudio. Durante las próximas temporadas de cultivo, WWF investigará una variedad de cultivos para comprender mejor la pérdida en todo el mercado de frutas y vegetales y continuará dando seguimiento a otras investigaciones sobre este tema con el propósito de brindar evaluaciones sólidas sobre el desperdicio de alimentos después de la cosecha en el mercado de cultivos especializados estadounidense.

“Nuestro trabajo apenas comienza a abordar la pérdida de alimentos en cada etapa”, indicó Pearson. “Con el compromiso continuo de entender nuestras tendencias, podemos hacer que las cadenas de suministro sean más transparentes, ajustar las compras agrícolas, cambiar las percepciones de los consumidores en cuanto a los vegetales y frutas, y cuidar mejor de nuestra Tierra a través de un uso más eficiente de los alimentos”.

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