El crujido que cambió la historia


El crujido que cambió la historia

Lo que alguna vez fue una simple combinación de granos cocidos se ha convertido en uno de los alimentos más representativos de la vida moderna: la hojuela de cereal. Presente en millones de tazones alrededor del mundo, esta delgada y crujiente creación ha trascendido generaciones, reinventando su propósito y adaptándose a los nuevos estilos de vida, sin perder su esencia nutritiva.

Durante el siglo XX, el cereal industrializado revolucionó la manera de alimentarse. La hojuela, práctica, ligera y versátil, dejó de ser exclusiva del desayuno para convertirse en un alimento multifuncional. Hoy forma parte de refrigerios, recetas, empanizados y snacks, cumpliendo un rol más allá del tazón y respondiendo a la creciente demanda de productos convenientes, sabrosos y equilibrados.

El crujido que cambió la historia
El crujido que cambió la historia

Su permanencia en el tiempo no solo se explica por su sabor o su facilidad de consumo, sino por su valor nutricional. Las hojuelas de cereal, especialmente las elaboradas a base de granos como el maíz, aportan energía, fibra y, cuando son fortificadas, micronutrientes esenciales para el desarrollo y el bienestar. Este tipo de cereal ha sido clave en la alimentación en distintas etapas de la vida, desde la infancia hasta la adultez.

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Además, la hojuela de cereal representa una apuesta sustentable. El maíz, por ejemplo, es un grano que requiere menos recursos naturales para su producción, puede almacenarse por largos periodos de tiempo y sigue siendo asequible para gran parte de la población. Estas características lo convierten en una base alimentaria con alto potencial para seguir contribuyendo a una alimentación sostenible y accesible.

Hoy, los consumidores buscan más que sabor: buscan productos con ingredientes reales, de origen natural y con un impacto positivo en su salud y en el planeta. Respondiendo a esa necesidad, algunas empresas han dado pasos importantes. Tal es el caso de Kellanova, que ofrece hojuelas hechas con maíz 100% natural, como parte de su compromiso con la calidad, la nutrición y la transparencia en cada etapa de producción.

“La nutrición es un pilar importante de nuestro negocio. Por eso, estamos comprometidos en contribuir con ella para el bienestar de nuestros consumidores. Siempre buscamos ir más allá para crear un portafolio amplio de productos hechos a la medida de los gustos y preferencias de nuestros consumidores, utilizando ingredientes de la más alta calidad”, expresó Juan Felipe Ojeda, Director de Mercadeo de Kellanova para Centroamérica y el Caribe.

La evolución de la hojuela de cereal continúa. Con cada crujido, no solo se activa un recuerdo o una rutina diaria: se reafirma una tradición que ha sabido mantenerse vigente gracias a la innovación, la ciencia y el entendimiento profundo de las nuevas formas de alimentarse. El cereal no solo nutre, también conecta, evoluciona y permanece. Y su historia, lejos de terminar, aún sigue escribiéndose, hojuela a hojuela.

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