Autos clásicos de personajes relevantes salen a la venta


Autos clásicos de personajes relevantes salen a la venta

Hay autos clásicos que tienen un valor especial por el lujo, las prestaciones o los éxitos deportivos que alcanzaron. Otros han visto cómo su cotización se elevaba por las nubes gracias al número reducido de ejemplares que fueron producidos. Y también están aquellos que despiertan un interés desorbitado entre los coleccionistas por haber pertenecido a un personaje relevante.

Dos de los modelos que Bonhams va a subastar este domingo 11 de octubre cumplen con estos tres requisitos, algo así como un alineamiento de planetas que sólo en raras ocasiones sucede.

Autos clásicos de personajes relevantes salen a la venta
Autos clásicos de personajes relevantes salen a la venta


Se trata del Aston Martin DB2/4 3.0 Sports Saloon que encargó en 1955 el rey Balduino de Bélgica y del BMW 507, que se compró en 1959 el Príncipe Constantino de Grecia, que después reinaría como Constantino II. Como ves, sus gustos no eran nada sencillos.

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El auto del que se ‘enamoró‘ Balduino había llegado al mercado en 1953 como un vehículo muy especial: Aston Martin había modificado el eje trasero del DB2 y había reducido el depósito de gasolina de 72 a 64 litros. El resultado fue que las plazas traseras dejaron de ser sólo para niños y admitieron por primera vez a dos adultos ocasionales. O una gran cantidad de equipaje.

De hecho, el respaldo posterior se podía abatir y entonces quedaba lo que la publicación británica The Motor calificó en su momento como “el auto más rápido del mundo capaz de llevar a dos personas con el equipaje de un mes”.

Aunque el auto llegó al mercado con un motor 2.6 de 125 CV, el que compró Balduino tenía ya el 3.0 de 140 CV, que era capaz de alcanzar 190 km/h (muchísimo, teniendo en cuenta aquellas carreteras y los estrechos neumáticos que equipaba) y pasar de 0 a 100 en 11 segundos.

Se lo entregaron en un concesionario belga de Aston Martin en febrero de 1955 en la configuración que había pedido, color Imperial Crimson (una especie de granate) con interior beige.

Hay fotos del rey Balduino y de su hermano Alberto (que después reinaría como Alberto II) con el coche, que en un principio llevaba matrícula diplomática francesa.

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Y según se cuenta antes o después toda la familia lo utilizó para sus desplazamientos privados. ¿Hasta cuándo? No tenemos esa información, pero siguiendo la pista sabemos que el coche pasó por una larguísima restauración que empezó en 2001 y culminó en 2008.


Tres años más tarde fue adquirido por su actual propietario en una subasta que Bonhams celebró en París, y desde entonces ha permanecido bien guardado en una colección privada alemana, con muy poco uso y sin olvidar las necesarias puestas a punto.

Te anticipamos que por el BMW 507 se va a pagar mucho, muchísimo más (salvo que el lote quede desierto, algo que parece improbable). Quizá conozcas este modelo porque hace pocos años apareció una unidad bastante destartalada que había pertenecido a Elvis Presley (también lo tuvieron personajes de la época como el actor Alain Delon, la actriz Ursula Andress, el campeón de motociclismo John Surtees, el Príncipe Rainiero de Mónaco).

La historia de este modelo es peculiar. Un empresario austriaco que importaba coches de varias marcas europeas a Estados Unidos convenció a los responsables de BMW de que si hacían un rival del Mercedes 300 SL ‘alas de gaviota‘ él se encargaría de vender los suficientes en Estados Unidos para que el proyecto fuera viable.

Corría el año 1954 y BMW aceptó. Un año más tarde se presentaba el BMW 507, primero en un glamouroso acto celebrado en el Hotel Waldorf Astoria y más tarde en el Salón de Automóvil de Frankfurt. El roadster tenía carrocería de aluminio (pesaba 1.280 kg) y montaba un V8 de 3,2 litros que entregaba 150 CV, suficiente para impulsarlo hasta los 200 km/h y proyectarlo de 0 a 100 en 11 segundos (casualmente la misma cifra que el coche de Balduino).

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Eran grandes atributos, pero también tenía el inconveniente de un precio de 9.000 dólares, que era el doble de lo que costaba un Jaguar XK 150 e incluso más de lo que Mercedes pedía entonces por un 300 SL. Aun así, Mercedes ‘miró de reojo’ este 507 y por si acaso contraatacó, lanzando el 300 SL Roadster, versión cabrio del mencionado ‘alas de gaviota’.

La producción comenzó en junio de 1957 y se cerró en diciembre de 1959. Sólo se habían fabricado y vendido para entonces 252 unidades (de las que hoy sobreviven poco más de 200), lo que indica que el coche en sí no fue un éxito.

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